Cómo ponernos en forma sin estrés después del verano
Septiembre es el mes de las promesas de cara al próximo verano, un mes lleno de nuevos propósitos: apuntarse a un gimnasio, comer mejor; en definitiva, nos fijamos metas que luego parece que nunca llegan a cumplirse.
La constancia es la clave para lograr nuestros objetivos con éxito. Solo necesitas mantener una voluntad firme unas pocas semanas y en cuanto empiezas a ver resultados, no quieres dejarlo!
De nada sirve empezar con un entrenamiento estricto si al final acabamos tirando la toalla.
Vuelta a la rutina. El estrés post vacacional es uno de nuestros enemigos a la hora de volver al trabajo. Tenemos que cumplir cuanto antes unos horarios, para que nuestro cuerpo no sufra alteraciones y responda bien al día a día. Son imprescindibles tanto para el rendimiento como para el descanso. A veces acumulamos horas de sueño, creyendo erróneamente que podremos recupéralas el fin de semana.
Retomar hábitos alimenticios sanos. Es importante establecer cinco comidas diarias, con platos más enérgicos y completos durante la mañana, y ligeros durante la cena. El desayuno debe ser la comida más importante del día, en el que no pueden faltar los lácteos, las frutas y los cereales. Con un contenido calórico muy bajo, suponen una buena dosis de vitaminas y fortalecen el sistema inmunológico.
Hidratarse. Para desintoxicar el cuerpo de los excesos del verano, podemos incorporar a nuestra dieta vegetales, frutas y también una gran cantidad de agua. Beber dos litros de agua diarios nos ayudará a depurar el organismo. Si además incluimos té verde controlaremos nuestro nivel de insulina y nos ayudará a quemar grasas.
Ejercicio físico. El entrenamiento de intervalos a alta intensidad es el más eficaz para ayudar a mantener tu metabolismo activado durante el resto del día.
Los ejercicios cardiovasculares son un buen complemento, pero dependen más de la oxigenación que de la fuerza física. La natación, el ciclismo o el running nos ayudan a quemar calorías fácilmente, mejoran el sueño y reducen el estrés. Para conseguir un cuerpo más firme también podemos incorporar a nuestra rutina ejercicios de tonificación y resistencia. Con una sencilla tabla, que podemos realizar tanto en casa como en el gimnasio, conseguiremos moldear nuestro cuerpo a base de sentadillas, flexiones y abdominales.
Motivación. Aunque al principio supone cierto esfuerzo, practicar ejercicio hará que nos sintamos tan bien con nosotros mismos que no querremos dejarlo. Son múltiples los beneficios sobre nuestra salud, – fortalece los músculos y mejora la circulación- que también se verán reflejados sobre nuestro aspecto físico. Hacer deporte no debe ser sinónimo de aburrimiento o tortura, debemos elegir una actividad que se adapte a nosotros. Lo más importante es disfrutar.