Artículo: Cómo debemos cuidar una piel atópica
Cómo debemos cuidar una piel atópica
La dermatitis atópica es un trastorno cutáneo que afecta a muchos bebés desde sus primeros meses de vida. Lamentablemente, no existe una cura para tratarla, pero con una rutina de cuidados podemos minimizar el malestar.
Se trata de una enfermedad inflamatoria que se manifiesta en forma de brotes, y sus síntomas más característicos son la sequedad, las rojeces, el picor intenso y la aparición de eczemas en la piel. Los primeros signos aparecen a partir de los dos o tres meses y, en la mayoría de los casos, se alargan durante los cinco primeros años. Los brotes son muy frecuentes en la cara de los lactantes, en la zona de la boca y las mejillas. Con el cambio de alimentación o a medida que empiezan a tocar objetos, las manos o los pliegues de las extremidades -codos, rodillas, tobillos o muñecas- se vuelven zonas a tener bajo control.
Las pautas que debemos seguir a la hora de prevenir o evitar que los síntomas de la dermatitis empeoren, no se alejan mucho de las de un meticuloso ritual de belleza. Como siempre, la clave está en mantener la piel limpia e hidratada.
Prevención. En primer lugar, debemos identificar el origen de los brotes. No todas las personas con dermatitis atópica tienen una base alérgica, pero es conveniente realizar pruebas para descartarlo. El bebé puede ser alérgico al polvo, al polen, el pelo de los animales o incluso a algún alimento. La leche, los huevos y los frutos secos suelen ser los más alergénicos.
Concienciación. A veces el picor es muy intenso, tanto, que algunos niños llegan a provocarse heridas. Es muy importante concienciar a los más mayores de que no deben rascarse, enseñarles a aplicarse una crema calmante con suaves caricias y mantenerles las uñas cortas y limpias.
Higiene. Los baños son mucho más calmantes que la ducha, sobre todo si añadimos aceite en el agua para tratar la irritación y suavizar la piel. En su higiene diaria deben evitarse las esponjas e incluso el jabón. Para las zonas más sensibles bastará con un preparado de avena, un jabón suave a base de emolientes como el aceite de oliva y con agentes calmantes como la manzanilla, como Olivolea Gel de Baño. Al finalizar, debemos secarlos con mucho cuidado, aplicando una crema hidratante específica. Si la piel está muy seca, se puede extender incluso dos veces al día. A veces, para tratar los eczemas se suelen utilizar cremas con corticoides. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado ya que su abuso puede atrofiar la piel. Olivolea Bálsamo regenerante, con un 25% de aceite de oliva y activos calmantes, es la solución natural más adecuada.
Hidratación. Es muy importante mantener una rutina de hidratación todo el año, pero sobre todo ahora que estamos en verano. El cloro de las piscinas puede resecar mucho la piel, mientras que a algunos niños el agua del mar les puede producir más picores. Debemos evitar los cambios bruscos de temperaturas, vestirlos con ropa ligera de algodón y no separarnos de nuestra crema hidratante. Olivolea hidratante corporal es perfecta para el uso diario.