Cicatrices oncológicas y su tratamiento con Licotriz
Hoy quiero tratar un tema muy importante para mí como es la Oncología en relación a nuestro bestseller: la crema regeneradora intensiva Licotriz.
En pacientes oncológicas, tratadas con radioterapia y quimioterapia, el proceso de la cicatrización es de peor calidad, dado que están afectados los procesos biológicos que concurren durante la cicatrización, provocando en algunos casos que los resultados quirúrgicos no sean del todo satisfactorios con cicatrices no funcionales o poco estéticas. Para evitarlo, son necesarias una planificación y una técnica quirúrgica adecuadas, que eviten la necesidad de una intervención posterior para corregir la cicatriz.
Los procedimientos quirúrgicos oncológicos son cada vez más selectivos y menos destructivos. Sin embargo, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de estas pacientes, es necesario conocer las repercusiones que pueden tener la hormonoterapia, la quimioterapia y la radioterapia sobre la cicatrización de los tejidos.
La cicatrización es un proceso continuo de eventos cambiantes. Se inicia con una primera fase o fase inflamatoria (3-5 días), que se caracteriza por un aumento de vascularización y formación de la costra superficial debido a la llegada de plaquetas y células inflamatorias a la zona dañada. La segunda fase, proliferativa (2-4 semanas), empieza con la regeneración de la zona afectada a consecuencia de la proliferación de fibroblastos. En la fase final del proceso de cicatrización, remodelación o maduración (6-8 meses), se produce la reabsorción del colágeno y remodelación de la la matriz extracelular, seguida de una fase de regresión de hasta 2 años.
Los efectos secundarios dependen del tumor tratado, duración del tratamiento y la dosis administrada, y pueden causar problemas con la cicatrización de la herida.
Para restaurar la piel hay que utilizar productos emolientes, reparadores, hidratantes y humectantes, tanto en el rostro como en el cuerpo. Otro aspecto que hay que tomar en cuenta es el tipo de piel y los problemas que pueda tener, como acné o rosácea, entre otros.
La Olivoleína, nuestra sublime base oleosa, es una fuente muy rica en ácidos grasos esenciales que contribuyen a restaurar los niveles naturales de humedad de la piel y favorecen la creación de una película protectora. La alta concentración de ácido oleico y la presencia de antioxidantes hacen que sea un elemento fundamental en la reconstrucción de las membranas celulares (acción regenerativa). Ha sido muy utilizada con éxito en la prevención de estrías gravídicas.
Para mejorar y ampliar su efecto en la fórmula magistral de crema de base aceitosa Licotriz, se asocia con óxido de zinc, aceite de caléndula officinalis, licopeno, aceite de rosa de mosqueta, bisabolol, alantoina y extracto de hammamelis virginiana. Todos los activos naturales empleados en las cremas Olivolea son puros y 100% vegetales.